Death Note

Titulo Original: Death Note

Género: Drama, Misterio, Thriller

Dirigido: Tetsuro Araki

Estudio: Madhouse

Año: 2006

Episodios: 37

Yagami Raito (Light) es un estudiante sobresaliente, pero su carácter frío y calculador hace que el resto de compañeros lo admiren pero no lleguen a intimar con él. Está a punto de acabar sus estudios en el instituto con la mejor nota de Japón, pero esto no le llena en absoluto, porque Light es consciente de la degradación de la sociedad, de la maldad que hay en ella y eso lo exaspera. Su deseo es que esta situación cambie, pero su única forma actualmente de cambiarlo todo es llegar a ser un buen policía. Un día encuentra un cuaderno tirado en el suelo en cuya portada se lee Death Note (Cuaderno de muerte) y en su interior, las instrucciones de cómo utilizarlo, donde se explica cómo poder matar a una persona escribiendo su nombre en él. La idea del cuaderno le parece interesante, pero Light es demasiado inteligente para creerse semejante tontería. La curiosidad le puede y decide guardarlo para examinarlo más detenidamente en otro momento. En su cabeza empieza a fantasear con la posibilidad de cumplir sus deseos con ayuda del cuaderno, de cambiar el mundo y deshacerlo de maldad. En el cuaderno explica que para matar a alguien necesita saber el nombre de la persona y además verle la cara, de esta manera, al escribir su nombre, morirá a los cuarenta segundos. Armado de valor, escribe el nombre de una persona y comprueba que ésta fallece. Pensando que puede ser por casualidad, lo intenta de nuevo con el mismo resultado. El poder del Death Note resulta ser verdadero. Es aquí cuando comienza a cumplir ese deseo interior de limpiar el mundo de criminales. Al poco tiempo, se le presenta a Light un ser llamado Ryuk. Ryuk es un shinigami, Dios de la muerte, de otra dimensión que utiliza el Death Note para matar a personas y de esta manera alargar su tiempo de vida. El Death Note que encontró Light resulta ser de Ryuk, que lo dejó caer en el mundo humano y que ahora le pertenece a Light hasta que él muera o el cuaderno sea destruido. Light le cuenta a Ryuk sus intenciones de acabar con los criminales y así convertirse en un dios de un nuevo mundo sin crímenes ni guerras. Light comienza su limpieza personal de criminales, y la población empieza a sospechar que tantas muertes de criminales debe ser por manos de un ser superior, un ser justiciero ante la pasividad de la policía, un ser que los llevará a un mundo sin crimen, un ser al que llamarán Kira. La policía, también extrañada, empieza a investigar los hechos y a tener discrepancias morales de lo que está sucediendo. Mueren criminales, pero aunque sean criminales, ¿está bien lo que hace Kira de impartir su propia justicia? Ante la imposibilidad de saber quién es Kira y capturarlo, deciden pedir ayuda a un detective, de identidad desconocida, pero reconocido mundialmente por solucionar casos difíciles, llamado L. Es aquí cuando empieza una lucha de ingenio y astucia, un enfrentamiento que pondrá a los personajes en jaque, por descubrir la identidad del otro y demostrar quien imparte la justicia verdadera.

Suele pasar muy a menudo en el mundo del cine, más bien casi siempre, que se hacen películas basadas en libros con mucho éxito de ventas. Pocas de estas películas hacen honor al libro adaptado y caen en el olvido o son hundidas hasta la miseria por los críticos o incluso por los mismos fans del escritor en cuestión. Con el manga llevado a su versión anime suele pasar lo mismo, y es éste para mí un claro ejemplo. Death Note se ha convertido por una cuestión que hoy en día no logro entender, en una obra casi de culto. Supongo que esto se debe a la incansable publicidad de esta obra, vayas donde vayas Death Note está allí o a la cantidad de merchandising que abarrota todas las tiendas especializadas. Lo que está claro, que toda persona que le gusta este mundillo, sabe perfectamente que es Death Note. No seré yo el que me esconda y decir que también tengo alguna camisetilla y como no, la mismísima Death Note (la verdad es que me resultó curiosa y no encontré camisetas de Jigoku Shoujo). Pero si hablamos de la obra en sí, que es lo que realmente importa, es donde me doy cuenta que Death Note no es para tanto revuelo. Poco manga leo por varias cuestiones. La primera es el espacio que ocupa en las ya petadas estanterías de casa, si mi casa fuera de 120 metros cuadrados, os juro que leería alguno que otro más, y en segunda cuestión es que el tiempo no da para tantas cosas y más si quieres abarcar muchas. Es por esta razón, por este revuelo por Death Note, que decidí leerla. La historia no es mala, al contrario, la idea no está nada mal. El hecho de poder liquidar a personas solo escribiendo su nombre en una libreta da para mucho. Sus doce volúmenes hacen que no se haga pesada, muy al contrario que su versión anime con sus 37 episodios, muchos de ellos innecesarios y soporíferos. Y es en este punto donde para mí se carga por completo la obra. Muchos episodios son inaguantables. A compañeros míos los he visto dormirse viendo la serie, y eso no es bueno. Le falta ritmo. Demasiadas divagaciones, que si hago esto, porque hago esto, si hago lo otro, porque hago lo otro, pero si no lo hago, porque no lo hago, y así todo el episodio entero. Nos quieren hacer ver que los personajes son tremendamente inteligentes (quizá yo no lo sea y por eso no le doy tantas vueltas a las cosas), pero lo que creo que intentan hacer, es que nos maravillemos y sorprendamos en cómo han llegado a sus deducciones estos tan inteligentes y por qué no decirlo, egocéntricos personajes. Pero que al final te das cuenta que tanta comedura de cabeza no hace avanzar nada, ni en la trama ni en sus investigaciones. Una verdadera lucha de ingenio e intelecto tan divertida como una partida de ajedrez entre Karpov y Kasparov. Que el manga no es malo, señores. Pero el anime resulta cansino. Mírenla y decidan si pasar página a este fenómeno de masas llamado Death Note o comprarse una de estas magnificas libretas y escribir mi nombre en ella.

Aquí os dejo el trailer y el Opening de la serie